Cada vez que vivimos una ruptura, inmediatamente se activa en nosotros una somatización de dolor al escuchar canciones que nos recuerdan a esa persona.
No sé si es coincidencia o inconscientemente es un requisito, el tema es que luego de terminar la relación, siento un calambre en el corazón y se me estruja al escuchar “ese” tema que oímos juntos, recordando lo bueno que fue.
Si somos personas sensibles que nos enamoran profundamente al conocer una nueva canción, ésta se quedará para siempre en nuestra mente junto a esa persona, con el tiempo he aprendido (obligado) lo sano que es alejarse un tiempo ya sea largo o corto, todo lo que me recuerda a la relación para no hacerme daño, pero no ha sido fácil pues finalmente son buenos recuerdos y la muchas veces la maldita radio toca justo un especial lleno de nuestras canciones.
Cada vez el tiempo que paso de luto musical es más corto y soy capaz de no cambiar la radio o alejarme de la persona que la este sonando, al oír comenzar los tortuosos temas, ha significado un gran desprendimiento de malos sentimientos y angustias pues al acumularlos los únicos que salimos perdiendo somos nosotros mismos.
A pesar de esto, cada canción siempre llevará para mi “ese nombre”, que tan especial me hizo sentir en su época.
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